Las acciones son uno de los instrumentos financieros más conocidos y utilizados por los inversores, sin embargo, poco se enseña de este tema y cómo llegó a convertirse en lo que conocemos hoy.
Ahora bien, primero debemos entender algunos conceptos básicos.
¿Qué son las acciones?
Las acciones son títulos que representan una parte del capital de una empresa, es decir, una fracción de la propiedad de la compañía. Los inversores pueden adquirir acciones de una empresa en la bolsa de valores, lo que les otorga el derecho a recibir una parte de las ganancias de la empresa en forma de dividendos y votar en las juntas de accionistas.
Para adquirir acciones de una empresa, un inversor debe abrir una cuenta de corretaje en una firma de corretaje o banco de inversión. Una vez que se ha establecido una cuenta, el inversor puede comprarlas y venderlas a través de la bolsa de valores.
El precio se basa en la oferta y la demanda, y fluctúa constantemente a medida que los inversores las compran y venden. Además, puede verse afectado por factores como los resultados financieros de la empresa, las condiciones del mercado, las decisiones gubernamentales y la competencia.
¿Cuál es el papel de la Bolsa de Valores?
La bolsa de valores es el mercado en el que se negocian las acciones y otros instrumentos financieros. Las empresas emiten acciones y las ponen a disposición del público en este medio para que los inversores puedan comprar y vender estas acciones.
Se establece el precio en función de la oferta y la demanda, cuando una compañía emite acciones, está ofreciendo una parte de su propiedad a los inversores. A su vez, los inversores pueden comprar estas acciones con la esperanza de que el valor de las acciones aumente en el futuro y obtenga una ganancia.
Por lo tanto, la bolsa de valores y las acciones están estrechamente relacionadas, en la actualidad, los principales mercados de valores en todo el mundo son: la Bolsa de Nueva York, la Bolsa de Londres y la Bolsa de Tokio.
Origen histórico
Su origen se remonta al siglo XVII, en Holanda, cuando surgieron las primeras compañías de comercio de ultramar. Estas compañías necesitaron financiamiento para financiar sus expediciones, y para ello emitieron títulos representativos de la propiedad de la empresa.
Estos eran títulos comprados por inversores que, a cambio, obtenían una parte proporcional de las ganancias de la empresa y con el tiempo estos títulos se hicieron más populares y comenzaron a comercializarse en la Bolsa de Ámsterdam, lo que dio lugar al nacimiento de las acciones tal y como las conocemos hoy en día.
En el siglo XIX, la popularidad de las acciones se acentuó por todo el mundo, especialmente en Europa y América del Norte, dando como resultado que las compañías empezaran a cotizar en las bolsas de valores.
Con el avance de la tecnología y la globalización, el mercado de valores ha evolucionado y se ha vuelto cada vez más accesible para los inversores individuales, por lo que es considerado un instrumento financiero fundamental de la economía global.